¿Cómo ligar con una mujer mexicana?
Las mujeres mexicanas son apasionadas, entregadas, dulces y hogareñas. Así que si una de ellas te ha robado el corazón, aquí van una serie de consejos que debes tener presentes si quieres ligar con una mujer mexicana y tener éxito en tu misión. ¡Adelante!En primer lugar, debes saber que a las mujeres mexicanas en general les gusta que las cuiden y que las hagan sentir especiales. Para ligar con una mujer de México deberás halagarla, decirle lo linda que está o lo bonita que se ve cuando sonríe. ¡Pero con sutileza, porque si tú no le gustas a ella no tendrá reparo en mandarte bien lejos! Ve paso a paso, ya sabes.
Asegúrate de que realmente te gusta esa mujer, no sea que estés dando pasos en falso. Si es así, interésate por sus gustos y, sobre todo, muéstrate familiar y hogareño. Que le quede claro que tú quieres lo mismo que ella, que aprecias sus raíces y que valoras las tuyas. ¡Y sobre todo, muéstrate humilde! Es uno de los rasgos más valorados, así que si quieres ligar con una mujer mexicana deja a un lado la vanidad.
En segundo lugar, si realmente quieres enamorar a esa chava que te trae loco preocúpate por tu imagen. No te olvides de tu higiene corporal, porque la pulcritud es fundamental para ligar con una mujer mexicana: cuídate de ponerte desodorante, mantén tus uñas aseadas, límpiate los dientes con regularidad y, además, no te vistas con lo primero que encuentres. Tampoco es que tengas que ir siempre a la última moda, pero evita llevar los zapatos sucios o camisas con agujeros, ya sabes.
Escúchala con atención, porque si ella nota que solo le estás dando bola le costará bien poquito enviarte de vuelta a casa. Si quieres ligar con una mexicana no puedes fingir que estás ahí y ya está, esperando a que se despiste para conseguir lo que buscas. Ah, y por supuesto no te olvides de la sinceridad: nada de inventarte cosas por quedar bien porque antes o después se dará cuenta. Y no te gustará, ¡palabra!
Nuestro mejor consejo si te preguntas cómo ligar con una mujer mexicana es que seas tú mismo, que la respetes, le hagas saber que te importa y le sigas el ritmo. No intentes correr más de la cuenta ni hagas que sea ella quien tenga que frenar para esperarte, o se subirá al próximo autobús sin mirar atrás. ¡Ánimo!